Desiertos Ficticios

DESEO

El deseo ser transformó en lluvia
cuando su corazón se arrastró
por las enredaderas de la sangre.
Fue en la última batalla donde
apenas quedaron en pie
dos lágrimas suspendidas
en el silencio de la tarde...
Y tú seguías sin estar...
Y tú seguías...
                                   Y tú...
                                       Solo tú...
                                               Solo...

Y mis esperanzas.

DISTANCIA

Nunca supe caminar bajo mis pies.
Siempre vacilaba entre arena y sal
rastreando sombras en las cenizas de mi almohada.
Avanzo sobrio de libertad,
buscando inútilmente refugios
donde guarecer mi vacío
mis pasos simples y mirada hueca.

Nunca supe arrojarme sobre las aceras.
Siempre tropezaba con farolas y estaciones de lluvia.
Aun recuerdo cuando los horizontes
se asustaban de las brújulas
y los niños jugaban a detener el tiempo.

Nunca supe retener una mirada.
Siempre se fugaban hacia los puentes
dejando rastros de hollín y silencio.
Mi voz se estrechaba ante los pasillos de niebla
y yo, tan solo seguía buscando...

SUBTERRÁNEO

Intentar creer que todo tiene algún significado
es solo la débil esperanza de aquella locomotora
que se desvanece en lágrimas bajo las olas del mar.
Pero es demasiado simple pensar en un deseo
tratar de sostenerlo entre sus manos hasta que se transforme
o balancearlo sobre tu vientre hasta que desaparezca.
Solo escucho tu silencio atrapado en la cornisa de un reloj
y escapo hacia ti como una huella asustada y dolorida.
En días así mi espejo me reprocha que aun sigo ahí
mirándome...
y solo me atrevo a contestarle que no a todo
y a qué más da si todo se resume a uno mismo.
Entonces me doy cuenta de que escribo sobre mí.
Y tiemblo...
aunque solo sean palabras y no las entienda nadie.
Es ahora mi sombra la que me pide que vuelva con ella,
la que se agazapa a mis pies y no deja
de mirarme por encima del hombro.
Le digo que nunca más y que no hay trato.
Ella me mira y simplemente sonríe.
Y qué importa si solo quedan cristales y lluvia.
Las constelaciones seguirán pasando de mes en mes
y mis palabras lograrán encontrar su refugio.
Yo aun sigo aquí, con mi visión de asfalto
y mis manos de papel
esperando que resuciten las sirenas.
Siempre en silencio.
Siempre en eternidad.